miércoles, 15 de julio de 2009

Yo me crié en bruto


Yo me crié en bruto mesmo que los talas
Los gauchos ombuces, las flores del cerro
Las turbias lagunas, los claros arroyos
Y cuantas rarezas nacen en el suelo.

Si de los que me oyen supieran como era
Hace setenta años el pueblo de Merlo
En aquellos tiempos, por aquellos ranchos.
Yo no supe nunca que hubiera un maestro.

No digo estas cosas como una alabanza
Porque ser un guaso no es un don ni un credo
Lo hago por decirles como y cuanto puede
Aprender un hombre por su esfuerzo mesmo.

Mi madre ya entonces sabía decirme
Aprenda a abrir surcos y ser buen arriero,
Déjese de letras, piense en el trabajo
Y como su padre, sea un hombre bueno.

Sepa cortar sogas y calzar tamangos
Siéntesele a un potro y ármese un apero
Forme como gaucho su tropilla criolla
Que al primer silbido busquen el cencerro.

Su padre no leiba, ni escribir sabía
Y compraba potros y vendía cueros
Arrendaba campos sin poner más firmas
Que su don de gaucho…que era un visto bueno.

Cuando hizo negocio pesó con el pulso,
Midió con la vista, midió con los dedos;
Si hubo que hacer parte con todos fue justo,
Aunque en el reparto saliera perdiendo.

Yo aprendía en las chacras junto a los fogones
A rumiar vocales tarareando versos,
Copiando una letra, pronunciando otra
Hasta penetrarlas en el pensamiento.

Cuando boyereaba, sentado en el raso,
Hacía pizarra de un limpión del suelo
Y con un palito iba haciendo un nombre
Y un día de tantos me puse contento.

Ya no soy un bruto, me grité en voz alta
Y de orgullo gaucho palpitó mi adentro
Cuando en cuatro letras supe escribir mama;
Con poner su nombre me sentí maestro

Me ensayé yo mesmo como los pichones
A batir las alas y levantar vuelo,
A rumbear caminos descubriendo pampas,
Leyendo en las hueyas como un libro abierto.

Escribí los nombres de todos los pájaros:
El hornero, el tordo, la calandria, el tero, y de cada flete de mi tropillita
La guapeza criolla, la clase y el pelo.

En la infancia mía no supe por nadie
Que era una cartilla, ni dir al colegio.
Hoy siento el orgullo que de un gaucho rudo
Oigan lo paisanos mis sencillos versos.

Esta piedra en bruto pulida en el raso
Por los fuertes soles y el zumbar del viento.
Cuando la golpean suelta chispas de oro,
Estrellitas blancas y canto de fuego.





Autor: Martín Castro
PIÓN DE FIERRO


TE VEO COMO HACE MUCHO
MOLINO RODEAO’ DE QUINUAS
Y A TU MUSICA CONTINUA
ME PARECE QUE LA ESCUCHO
EL RECUERDO ES UN MATUCHO
AL QUE HOY LE SUELTO LAS RIENDAS
Y EN EL POTRERO NO HAY SENDAS
QUE NO CONDUSCAN A VOS
PORQUE SIEMPRE FUISTE Y SOS
EL BOLICHE DE LA HACIENDA


TE VEO EN ESAS MAÑANAS
EN QUE EL AIRE NO SE QUEDA
Y PARECE QUE TU RUEDA
DIERA VUELTAS CON MÁS GANAS
O EN TARDES ALAZANAS
QUE AL CERRO BAÑAN EL LOMO
CUANDO EN UN TIMIDO ASOMO
EN TU ESPEJO DE AGUA CLARA
SE IBAN A MIRAR LA CARA
LAS HIJAS DEL MAYORDOMO


QUERIENDO CALMAR LA SED
EN ALGUN DIA SERENO
DESPUES DE AFLOJARTE EL FRENO
POR UN VIENTITO ROGUE
CUANTAS VECES ME BAÑE
EN TU LÍQUIDO PROFUNDO
Y PA’ GOZAR SIN SEGUNDO
ESPERE A QUE ANOCHECIESE
PA’ QUE NINGUNO ME VIESE
COMO DIOS ME TRAJO AL MUNDO


UNA TARDE TE ROMPISTE
Y CUANDO BAJO EL SOLASO
BAJO EL FLOTANTE SU BRAZO
Y LA COSA SE PUSO TRISTE
UN INSULTO RECIBISTE
COMO SI EL CULPABLE FUERAS
DE LAS QUEJAS LASTIMERAS
QUE SE OYERON CON VALIDOS
MANOTONES Y MUGIDOS
CUATRO JORNADAS ENTERAS


DESPUES VOLVIO LA ALEGRIA
Y EN UN DESPACIOSO ARRANQUE
VOLVISTE A LLENAR EL TANQUE
Y A TRABAJAR NOCHE Y DIA
VOLVIO A SALIR A PORFIA
UN TORRENTE DE TU CAÑO
HIZO SOBRE EL TRAVESAÑO
UN HORNERITO SU CASA
Y VOLVISTE A PEDIR GRASA
CON UN ALARIDO EXTRAÑO


ME HACES ACORDAR A UN PIÓN
VIEJO PERO VOLUNTARIO
QUE TRABAJA SIN HORARIO
POR UN SUELDITO POBRON
POR ESO EN ESTA OCASIÓN
DESPUES DE ANDAR POR LAVIDA
VUELVO A VOS DE RECORRIDA
EL CORAZON FATIGAO’
COMO EL PECHO COLORAO’
AL CHARCO DE TU BEBIDA



AUTOR: ALBERTO MERLO


martes, 14 de julio de 2009

HOY FUNCION, GUITARRA Y CANTO



LLEGO UNA NOCHE A MI PUEBLO
CON SU GUITARRA Y SU CANTO
Y EN UN RINCON DEL BOLICHE
EN UN SILENCIO PESADO
SOBRE UNOS TABLONES VIEJOS
QUE LE SIRVEN DE ESCENARIO
CANTO A LA MUERTE, A LA VIDA
AL CUCHILLO Y AL TRABAJO

AL COSTADO DEL CANTOR
SE JUNTARON LOS PAISANOS
HOMBRES DE PAÑUELO AL CUELLO
HOMBRES RUDOS DE TRABAJO
HOMBRES DE ROSTROS MUY SERIOS
DE CHAMBERGOS REQUINTADOS
QUE A LA MUERTE O A LA VIDA
SE LA BEBIAN DE UN TRAGO

ERA UN CANTOR, UN MISTERIO
UN FORASTERO EN EL PAGO
TRAIA DE LOS CAMINOS
TODO EL SILENCIO Y EL CANTO
ERA UN CANTOR DE BOLICHE
PASABA EL SOMBRERO, EL PLATO
LA MILONGA ES PAL’ SEÑOR DEL PAÑUELO COLORADO
LA CIFRA PARA EL ABUELO, QUE ME LA PIDIO HACE UN RATO

Y ASI SEGUIA LA FUNCION
ENTRE EL PEDIDO Y EL CANTO
EL BOLICHERO CONTENTO
DE MESA EN MESA PASANDO
IBA LLENANDO LAS COPAS CON CAÑA, GRAPA, O MOSCATO
A MI SIRVAME OTRO VINO, AMI ALCANSEME UN CINZANO
Y AMI COBREME ESTA VUELTA, Y DE BRASIL UN ATADO

TODO ES FIESTA EN EL BOLICHE
AFUERA UN CANSANCIO LARGO
LE VA CERRANDO LOS OJOS
A LOS RANCHOS DE AQUEL PAGO
YA LAS ULTIMAS CANCIONES
EL CANTOR VA DEDICANDO
SE ACERCA LA DESPEDIDA
SE IRA TEMPRANO DEL PAGO

ANTES RIFARA ALGUN PONCHO
O ALGUN CUCHILLO PLATEADO
PARA QUE QUEDE EL RECUERDO EN PUEBLO, DE SU CANTO

DICE QUE VENDRA OTRO DIA
CON SU GUITARRA Y SU CANTO
SE ENTERARAN CUANDO VEAN
EN EL BOLICHE ANUNCIADO
CON BLANCAS LETRAS DE TIZA
HOY FUNCION, GUITARRA Y CANTO

YO QUE LO VI CUANDO NIÑO
HOY LO RECUERDO Y LE CANTO
PORQUE AL TRASLUZ DE AQUEL TIEMPO
ME VEO OTRA VEZ SOÑANDO

JAMAS SABRA AQUEL CANTOR
QUE YO ERA EL NIÑO ASOMBRADO
QUE EN LA PUERTA DEL BOLICHE
BEBIO SU CANCION DE UN TRAGO
Y SOÑO LA NOCHE ENTERA
QUE ANDABA DE PAGO EN PAGO
PARTIENDO DE MADRUGADA
CON SU GUITARRA Y SU CANTO
GRACIAS CANTOR DE BOLICHE
TU NOMBRE, TU NOMBRE NO VIENE AL CASO




AUTOR: ARGENTINO LUNA
Recitados Gauchescos, Relatos y Milongas camperas.

El Mesías se acerca

El obrero, el camarada

hace siglos que vigila,

y se gasta la pupila

divisando al redentor;

Redentor que nunca llega,

porque lo busca por fuera,

y el Redentor que él espera

radica en su yo interior.

Desde el yunque, del volante,

del andamio y la mancera,

por la larga carretera

de la maquina de hilar,

divisa a los cuatro vientos

el esclavo del salario,

al Mesías milenario

que tanto tarda en llegar.

El Mesías que tú aguardas,

a lo ancho, arriba y abajo,

está en tu mismo trabajo,

en tu sola voluntad;

lo tienes entre tus manos,

en tu sentimiento mismo,

encerrado en tu egoísmo,

añora su libertad.

Tú que cotidianamente

impulsas las maquinarias,

y tus manos proletarias

renuevan la producción;

el Mesías que reclamas

contigo está en todo instante,

en tu brazo fecundante

y en tu fraternal unión.

Si a ti te explota y te oprime

el Capital y el Estado,

es porque no has encontrado

el Mesías en tu ser;

el día que lo descubras

en el andar de la vida,

caerá quebrada y vencida

la injusticia del poder.

Cuando venga a confrontarme

el que ayer no me atendía,

con la profunda alegría

de hallar un amigo en mí;

y que sin lugar a dudas

me ayunte a tu sentimiento

con el real convencimiento

de hallar un hermano en ti.

Cuando cantando y sonriente

por el pan de cada día,

partamos en compañía

a cumplir con el deber;

y volvamos convencidos

de que hemos puesto de pleno

lo que en tu ser hay de bueno

y lo bueno de mi ser.

Cuando encuentres en ti mismo

el hombre civilizado,

y te sepas encumbrado

para como hombre vivir;

hermano en el yunque,

abrigo en el desabrigo,

en todo instante el amigo

justo para compartir.

Cuando borres de la mente

el ¡quiero más! Y el orgullo,

y solo gastes lo tuyo,

lo que es tuyo y nada más,

y comprendas a conciencia,

en forma clara y genuina,

que tu libertad termina

donde empiezan las demás.

Justo es que tanto buscarte

del alma en lo más adentro,

llegues al feliz encuentro

de la libertad moral;

te sentirás un ser libre

dentro de la tiranía,

y obrarás con toda hombría

por sobre del bien y el mal.


Autor: Martín Castro



Este es el simple relato de Don Martín Castro, nacido en el pueblo de Merlo el 16 Febrero de 1886, Don Martín Castro quedo huérfano allá por el año 1900, desde ese entonces erró por todos los ranchos de la zona, de agregado, de protegido, comprendió como era el alma de la gente, para los habitantes de esos tiempos el era el conchabado sin sueldo, un gauchito cualquiera.
Castro llegó a mozo sin conocer las cinco primeras letras del alfabeto, quizá aprendió más en el andar por la vida, que en los libros, pero no pudo desconocer que por medio de las letras se podía comunicar con el pueblo.